He aquí
el ejemplo de los colegas neuquinos: no negociaron migajas (¿no los pudieron
sobornar?), continuaron en la calle con su reclamo a pesar de la falta de
solidaridad de los monstruos neuquinos UPCN y ATE, y llevaron su lucha sin
cuartel sólo con el apoyo de una minoría de colegas. Sabiamente se llamaron a
continuar la lucha dentro de los hospitales (considero que fue una decisión muy
estratégica que les permitiría analizar, planificar acciones y tratar de
recolectar más afiliaciones para fortalecerse) pero sin bajar los brazos.
Lo
positivo de esto es que por primera vez en los medios regionales figuramos los
enfermeros representándonos a nosotros mismos, demostrando que somos capaces de
hacerlo.
La atención
en los hospitales se vio muy afectada, a tal punto que el gobierno neuquino
pretendió contratar enfermeros retirados y jubilados para cubrir la necesidad.
Pudo
constatarse que los gremios que dicen “representar a la mayoría” no lo hacen ya
que negociaron sin tener en cuenta las necesidades y planteos de los enfermeros
(Es muy evidente que les queda demasiado grande la palabra “compañero” que
tanto utilizan en los discursos y entrevistas).
Creo
que en Río Negro ha llegado el momento de emular a nuestros colegas y formar
nuestro propio sindicato. Los enfermeros neuquinos demostraron que no se debe
tener miedo, que se pueden desmoronar viejas estructuras y que es el momento
propicio para ser protagonistas de nuestro futuro.