La enfermería tiende a hacer
una introspección acrítica, a afrontar los problemas y consecuencias en
silencio, siendo de vez en cuando necesario, expresar la realidad para que los demás
puedan dimensionar la problemática del sector, que dicho sea de paso es
central.
La falta de RRHH es indudable, las políticas de
incorporación de personal no nos favorecen, la fórmula para establecer dotación
de RRHH acordada establece “planteles de cobertura mínima”, sin tener en cuenta que la media de
edad es alta. Este último aspecto nos hace proclives a la alta cantidad de
certificados, y reducciones horarias, si le agregamos que esta no es una profesión
en la cual se pueda trabajar en atención directa con los pacientes / usuarios
hasta los 60 – 65 años.
La realidad es compleja,
e indudablemente es necesario enderezar la nave. La renuncia de los
jefes de enfermería del hospital de Cipolletti, es fiel reflejo de esta
realidad; es muy difícil gestionar en este escenario, con clara desprotección
del nivel central y con un ministerio en el cual no se produjo el cambio, con
claro deterioro y falta de planificación.
Esta breve reflexión que a su parecer puede ser real o
cuestionable, no tiene la más mínima intención de producirle tristeza, sino de
ser un disparador para el análisis y la acción.
Lic. Nelson o. Gutiérrez.
ADERN
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